Nace en Zaragoza, en el año 1949, donde estudiará en la Escuela de Bellas Artes y Oficios. Desde 1972 al 1984, su residencia será Barcelona y en 1985 París. Actualmente vive en Palma de Mallorca.
Es uno de los miembros fundadores del grupo Trama que en los años 70 reunió un colectivo de artistas barceloneses que reivindican el arte abstracto, centrando sus experiencias en problemas estrictamente formales, fundamentalmente la relación entre el soporte sobre el que se desarrolla la obra y la superficie de la misma. Este grupo edita la revista Trama, presentada por Antoni Tàpies en 1976. De los miembros de este colectivo, José Manuel Broto es el que más reconocimiento internacional ha adquirido. De hecho será referente para muchos artistas de generaciones posteriores a nivel nacional, y está consolidado como uno de los creadores fundamentales del panorama artístico nacional e internacional.
En los años 70 se presenta como un pintor informalista de tono minimalista, basado en estructuras geométricas elementales, sin utilizar las tonalidades, solamente colores neutros. Se encamina hacia una abstracción lírica combinando las formas abstractas con referencia a objetos geométricos, organicistas o signos tomados de otros lenguajes (matemáticas, música o escritura). Las grandes manchas de color toman el protagonismo en este tipo de composiciones.
Su traslado a París en 1985 tiene como resultado la substitución de los temas románticos por otros de formas más austeras y abstractas: figuras orgánicas, geométricas, laberintos, etc., lo relacionan con la tradición ascética y mística de la pintura clásica española por su gran sobriedad y solemnidad.
El año de 1986 es decisivo para la pintura del artista, abandonará la figuración dedicándose por completo a la abstracción. Experimentará con la imagen digital o también probará con instalaciones de vídeo en sus exposiciones. A partir de 1998 su repertorio se enriquece con elementos nuevos como: figuras espaciales, transparencias o formas atmosféricas con un tratamiento muy colorista, consiguiendo un resultado formal elíptico y cristalino. Su obra no se comprende si no se tienen en cuenta sus estímulos intelectuales (poesía, ensayo, música o viajar) que amplían los horizontes del pensamiento del artista. Esta marca intelectual se observa en sus trabajos.
Su trayectoria le ha valido para la consecución de importantes reconocimientos como el Premio Nacional de las Artes Plásticas (1995), el premio ARCO de la Asociación de Críticos (1997) o el Premio Goya de grabado (2003). Su obra puede contemplarse en las más importantes colecciones a nivel nacional (IVAM en Valencia, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) e internacional (Metropolitan de Nueva York).